El autoguiado es uno de los aspectos más difíciles de dominar en la astrofotografía; sin embargo, con las cámaras digitales (CCD o CMOS) de hoy en día, el guiado manual prácticamente carece de sentido, ya que resulta casi imposible mantener la precisión necesaria, máxime con los tiempos de exposición cada vez mayores.
Hay muchos conceptos erróneos respecto al tubo (y cámara) ideal para guiar, siendo el principal de ellos el pensar que se guía mejor con un telescopio de gran focal, o añadiendo una barlow…
Nosotros creemos que la forma más sencilla y clara de enfrentarse al problema es preguntándose: ¿con que precisión puede o podría guiar mi montura? ¿cual sería suficiente para el tipo de imágenes que capturamos? Si caracterizamos el error de guiado o desviación con una medida tan popular como el RMS, cantidad que reportan varios programas y nos indica el grado de desviación independientemente de su signo, podemos decir que una buena montura guiará con un RMS (para períodos prolongados) inferior al segundo de arco, menor de 0.5 segundos de arco para una montura muy buena, etc.
Obviamente una montura que tenga un RMS de digamos, 3 seg. arco, no va a tener unos resultados muy buenos con 3m de focal y una cámara con píxeles de 9 micras; pero esto es una característica de la montura, no la vamos a mejorar (más bien al contrario) cargándola con un tubo guía de 1.5m de focal.
Con la capacidad de los programas actuales de determinar el centro de una estrella en fracciones de décima de píxel, y con un tubo como el EZG-60 de 60mm de diámetro (230mm de focal) y los píxeles de 5.2 micras de la cámara CMOS QHY5 (o las versiones más modernas QHY 5-II y 5L-II), nos da un resultado de 4.7 segundos de arco por píxel, resolución más que suficiente para guiar por debajo del RMS de 1 segundo de arco, con una imagen mucho más estable y nítida que focales mucho mayores. De hecho, la turbulencia atmosférica puede cobrar tanta importancia en tubos guía largos que parte del guiado sea una persecución de las turbulencias.
Otras ventajas de guiar con tubos cortos y rápidos son la mayor facilidad de detectar estrellas en cualquier posición, ya que cualquiera que sea la cámara cubriremos más campo y con mayor rapidez; la mayor estabilidad, no ya atmosférica sino física, al ser tubos pequeños y ligeros son menos dados a lexiones y vibraciones.
Hay sin embargo que hacer una salvedad; para que el guiado con un tubo externo funcione, es crítico que no haya flexiones diferenciales, movimiento de espejo… en fin, nada que altere la relación entre el tubo principal y el de guiado. Esto es muy característico de los tubos S/C con enfoque moviendo el primario; al estar éste suelto, tiende a desplazarse ligeramente (a veces no tan ligeramente) durante la noche. Para situaciones como estas, hay que recurrir a las guías fuera de eje.